Pasos para lograr un proyecto de vida
Autoconocimiento. ¿Qué cosas me gustan? ¿Qué
cosas me disgustan? ¿Cuáles son mis habilidades? Estas son algunas de las
preguntas que toda persona se puede hacer a la hora de definir quién es
y hacia dónde quiere ir.
El autoconocimiento es uno de los
pasos más importantes para definir un proyecto de vida personal; ya que en la
medida en la que esté alineado a lo que el individuo es, más liviano se hará el
camino y mayor será la recompensa.
Es indispensable que el individuo
esté convencido de los objetivos y metas a alcanzar y así encuentre en su
interior la energía para lograrlos. Este puede parecer un camino difícil y
largo, pero será gratificante y ayudará a concretar los siguientes
pasos.
Revisar proyectos. Es importante que la persona revise
los objetivos que alguna vez se propuso para ver si responden a sus
intereses e inquietudes de hoy. ¿Este es mi proyecto de hoy o de cuando era
niño? ¿Es mi proyecto o es el de alguien más?
Con el correr de los años, se
puede notar que las personas con las que se recorrió un largo camino (en la
escuela, en la universidad, en el trabajo...) comienzan a transitar sus propios proyectos y
descubrir su plan de vida. Los padres tienen un plan de vida, los hermanos
tienen otro plan de vida, los hijos otro, los amigos, otro...
Las diferencias no deben afligir,
sino motivar para salir al encuentro del propio. Tener un proyecto de vida que
cada uno arme a medida permite alcanzar una vida más serena y feliz alineada
a lo que cada uno es, independientemente de que se puedan o no cumplir todos
los objetivos propuestos.
Plantear objetivos y metas propias. En este paso, es necesario que la persona analice su vida al día de hoy (viendo qué quiere cambiar, qué quiere dejar como está) y sus verdaderas necesidades. Así, fija objetivos y piensa en metas que llevarán a ellos. Es importante visualizar cómo se va a lograr todo lo que se quiere y no dejar de creer en el poder de la imaginación: está probado que visualizar situaciones e ideas ayuda a ser más positivo y perseverante.
La acción. Implica que el individuo ponga
todo de sí para lograr los objetivos. Esto supone, también, desarrollar
una tolerancia a
la frustración cuando los planes no salen como se esperaba. Ir variando los
pequeños objetivos o metas que conforman el proyecto de vida es parte de esta
tarea. Existe una serie de valores que son fundamentales a la hora de
encarar la ejecución de objetivos:
· Optimismo. Si se logra cumplir con esta
característica, la vida será más fácil. El optimismo permite
ver siempre el lado bueno de todas las cosas que ocurren. Ser una persona
optimista es una cuestión de ejercitación diaria.
· Autoconfianza. La confianza en uno mismo puede verse afectada por situaciones que
se hayan atravesado pero, al igual que el optimismo, es necesario
ejercitarla. La persona debe comenzar a sentir confianza en lo que es,
aceptarse a sí misma y a partir de allí empezará a sentirse distinta y capaz de
lograr todo lo que se proponga.
·
Paciencia. El proyecto de vida es
un proceso que no se logrará de la noche a la mañana, ya que es necesario
atravesar la vida para ir logrando cada objetivo. Para lograr cada cosa
propuesta es cuestión de ser paciente: este trayecto no es para ansiosos.
Cuando se vayan logrando las
metas, se irán abriendo nuevas puertas y nuevos objetivos. Siguiendo con el
ejemplo de Juan: cuando él consiga el trabajo en esa empresa deseada, su
siguiente objetivo será ascender dentro de ella y obtener un puesto directivo.
Quizás, una vez que consiga ese objetivo pueda cambiar de empresa y aspirar a
otro puesto alto.
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