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miércoles, 7 de abril de 2021

Abril: Manejo del tiempo libre...

 

El manejo del tiempo libre

El modelo de sociedad en que vivimos nos ha alejado definitivamente, de una relación natural del hombre con las cosas. La sociedad industrial nos ha impuesto un programa de trabajo cada vez más apretado que muchas veces no tiene ningún significado para la persona que lo está realizando. En este tipo de sociedad que ahora nos amenaza con la escasez del trabajo, obliga muchas veces a las personas a ocuparse en aquello que no les gusta. El aprovechamiento del tiempo libre como tiempo liberador cobra un sentido trascendental, que educadores y padres de familia no podemos estar ajenos.

 El tiempo libre debe posibilitar el ejercicio de la voluntad y la libertad, permitir el desarrollo de nuestra autonomía dando paso a nuestra expresión personal, haciendo lo que nos gusta, aquello en lo que encontramos sentido. Lo que quiere decir que el tiempo libre debe estar cada vez más unido a “tiempo personal”. Pero personalizar no es lo mismo que individualizar, aislarse del resto. Al contrario, el tiempo libre se presenta también como una apertura a los otros, como búsqueda y contacto con las relaciones sociales que queremos, distintas de las que nos impone el trabajo o la vida cotidiana. 

¿Qué es el aprovechamiento del tiempo libre? El término “tiempo libre” es una expresión relativamente reciente. Su aparición está unida a una época y a unos países de industrialización avanzada. Se relaciona con la pérdida del “tiempo natural”, sustituido por el tiempo del reloj y la realización de trabajos con los que difícilmente llega a identificarse la persona. En general podemos decir que tiempo libre, son aquellos períodos de la vida humana en los cuales el individuo se siente libre. Libre en su doble aspecto de “libre de” y “libre para”. Esto nos permite identificar el tiempo libre como aquel en que actuamos por nuestra propia voluntad, por nuestros impulsos y según nuestros deseos e inclinaciones. De ahí que el tiempo libre pasa a ser en muchas ocasiones, tiempo privado, opuesto al tiempo en servicio de los otros, propio del trabajo.

Entonces, ¿se opone el tiempo libre al trabajo? Conviene precisar que eso sólo sería correcto en el caso del trabajo no voluntario. El tiempo libre no excluye en ningún caso actividad o esfuerzo libremente realizado, ese es precisamente el sentido en que debe entenderse el estar “libre para” algo.

 Y precisamente, cuando se está libre para algo, comienza el sentido de la palabra ocio, íntimamente relacionada con el aprovechamiento del tiempo libre. La palabra ocio, surge con los griegos en el siglo IV a.c.; para ellos el ocio era un estado del individuo en el que la actividad realizada no servía para satisfacer una necesidad material, sirio que tenía sentido en sí misma, es decir le permitía al hombre entablar relaciones con las cuestiones últimas e importantes de la existencia humana y con su propia trascendencia.

La sociedad industrial le da un cambio negativo al significado de la palabra ocio relacionándola con vagancia. Sin embargo, hoy día parece imponerse una reflexión sobre este concepto, con la intención de devolverle su significado primitivo y de esta manera se pretende que el tiempo libre se ocupe con una actividad creadora de valores.

 En la antigüedad el hombre se proyectaba en sus propios trabajos artesanales; tallaba y esculpía; la llegada de la industrialización suprimió este cauce de expresión. En este sentido el ocio se presenta como una necesidad que permite al hombre moderno su realización personal. Es así que el ocio se considera como cauce de expresión personal.

El ocio tiene tres funciones esenciales: descanso, diversión y desarrollo. El ocio nos sirve como descanso y nos libera de la fatiga y el desgaste tanto físico como nervioso. Esta recuperación de equilibrio natural es más necesaria para las personas que llevan una vida cotidiana de mayor tensión.

 La diversión libera del aburrimiento y ofrece un rompimiento con la rutina cotidiana, llena de normas y privaciones. Finalmente el ocio como desarrollo de la personalidad, guarda una cierta relación con la liberación del automatismo de la vida diaria, permite situar al individuo en una actitud más activa, a la vez participativa y desinteresada. Dada la importancia que tiene la utilización del tiempo libre para una buena salud mental y un desarrollo adecuado de la personalidad, la Ley 115 General de Educación, artículo 5° parágrafo 12, establece como uno de los fines de la educación “la educación para el tiempo libre”.

Fuente: http://www.lafamilia.info/

 

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